Mañana llega a los cines una de esas películas que merecen ser vistas a pantalla grande para vivir con ella una buena dosis de sustos, intensidad y delirios que empapan al espectador de sangre, sudor y otra vez sangre. ‘Until dawn’, la adaptación cinematográfica del videojuego de PlayStation, por fin tiene un hueco en Letterboxd y viene de la mano de David F. Sandberg, su director, encargado de otras obras de terror como ‘Annabelle: Creation’.
Un grupo de jóvenes termina en un misterioso valle donde un año atrás desapareció la hermana de Clover, quien toma las riendas de la palabra líder. Esa y otras desapariciones han sido constantes desde años y años atrás y nada conlleva a pensar que no han sido premeditadas. Tras llegar a su destino descubren que la mayor de las tormentas que acaban de atravesar queda completamente nula en dicho valle, como si una barrera invisible impidiera pasar el agua creando así un efecto misterioso que estrecha sus posibilidades de adentrarse de nuevo en el bosque para salir con vida del lugar. Este hecho tan científicamente imposible ya da una pista de por dónde pretende ir la película y que todo aquello que los jóvenes se encontrarán a partir de entonces será cada vez más inimaginable.
Cinco amigos, un reloj y una noche convertida en un bucle infinito donde deberán vencer sus propios miedos para permanecer vivos hasta el amanecer. En su primera oportunidad de supervivencia, juegan sus cartas de manera inocente hasta que descubren que no hay nada más inevitable que la muerte. Lo que tiene ‘Until dawn’ que pocas adaptaciones de videojuegos poseen es la posibilidad de reaparecer en su historia después de haber muerto, pero aquí la clave está en que nadie reaparece hasta que los cinco hayan sido asesinados. Ahí es donde entra en juego el valor de la amistad y los egos de quienes prefieren salir con vida a cualquier precio.
Cada muerte es más sádica que la anterior y la película cada vez se vuele más y más loca. Me recuerda a esas escenas gores de ‘Terrifier’ donde se esmeraba en impresionar con aquella manera de matar usando cualquier tipo de elemento para conseguirlo y sin ningún tipo de piedad. Y no solo eso, sino que el grupo de amigos descubre que, cada vez que vuelven a la vida, sus cuerpos presentan secuelas del sufrimiento anterior y despiertan en sí una pérdida de la noción del tiempo.
Lo más llamativo llega al final cuando esa carrera a contrarreloj se presenta como la última de sus oportunidades y comienza a celebrarse una ceremonia de planos con ritmo frenético e imágenes agobiantes que crean un efecto de intranquilidad metiendo al espectador en la misma incertidumbre que invade a los protagonistas.
‘Until dawn’ se presenta como una película de terror, pero resulta desconcertante que se recurra a chascarrillos y humor fácil en momentos que no se requieren para desenfadar el tono de la misma. David F. Sandberg parece disfrutar de su creación como si el set de rodaje se tratara del propio videojuego y no quisiera desaprovechar ni un solo jump scare en un festival de sustos bañados de sangre y vísceras.
Ahí entiendo la difícil decisión de querer ceder al sobresalto gratuito y acercarse más al videojuego y disminuir su exceso de sustos para proyectarse como una película de miedo. En este caso, si la primera opción era la más fiel y la mayor intención a la hora de crear la película, bravo.