Cuando uno va al cine a ver una peli de acción, no espera más que eso. Podemos autoconvencernos de buscar un guion diferente, una estructura que se aleje de la monotonía y todos esos elementos que hacen que una película tenga esa chispa que la haga sentirse viva en todo momento. Pero uno también busca divertirse sin pensar más allá. Cuando nos convertimos en espectadores de una historia que atrapa, dejamos de lado aquellas circunstancias que la puedan hacer espectacular.
También hay ocasiones donde sí que nos encontramos esa variedad de contenido, un guion con giros inesperados y personajes menos estandarizados que ayudan a experimentar un cine que busca destacar en innovación. Y, aunque cualquiera de las dos opciones son válidas, ‘Shadow Force’ elige la primera para pasarse el juego.
Digamos que ‘Shadow Force’ no busca la inquietud por ver qué ocurre, de hecho, es bastante seguro que tal y como se presenta el tono de la película, sospechemos del destino de los protagonistas desde bien pronto, pero el camino que recorren hasta ahí es lo que merece la pena.
La película cuenta cómo dos agentes de una organización internacional de fuerzas especiales llamada Shadow Force se enamoran, rompen las reglas y deciden proteger a su hijo, viéndose obligados a huir mientras son perseguidos por sus antiguos aliados. Lo que para ellos antes era una prioridad se convierte en una amenaza y deben anteponer la defensa de su familia.
‘Shadow Force’, sin embargo, falla en algunas de las escenas de acción. Donde el director pudo haberse vuelto loco con movimientos de cámara que hicieran de los enfrentamientos escenas memorables, se conforma con planos más genéricos y coreografías más simples cediendo la fuerza de la película a la tensión dramática que depende del guion. Aún así, lo visual convence en el aspecto que le da a esas localizaciones rodadas en Colombia.
Omar Sy es, desde ya, un hombre de acción. Su aparición en la franquicia de ‘Jurassic World’ o aquel papel que le dio la fama en ‘Intocable’ fueron suficientes para no perderle la pista y poder disfrutarle en otras películas cuyo género no importaba. Con ‘Lupin’ consiguió uno de los personajes más carismáticos de su carrera en una serie que sí supuso una revolución en Netflix y en ‘Shadow Force’ es capaz de traer de vuelta parte de ese personaje para darle a la película el toque que merece.
Kerry Washington también convence en su papel de agente y miembro de la familia que buscan proteger. Al principio, la química entre ella y Omar Sy permanece ausente hasta que, poco a poco, va saliendo a la luz para creernos de una vez a este equipo como pareja de agentes. La manera en la que deben proteger a su hijo y la seguridad que transmiten en los pasos que siguen para conseguirlo hacen que el espectador sienta claro que los protagonistas va na salir airosos del asunto, pero con la necesidad de saber cómo.
Y ahí está la gracia de ‘Shadow Force’, porque no necesita desviarse del género para sentirse distinta ni disfrutarse, bastaba con tener unos protagonistas que funcionaran y una trama que llamara la atención.