‘Una película inacabada’: La memoria como salvación de la especie

En un contexto en el que el mundo del cine -al menos del cine comercial- parece haberse puesto de acuerdo en ignorar la pandemia que nos asesto en 2020 (olvidar para superar), Lou Ye no olvida, pero sí que perdona, entiende y humaniza. ‘Una película inacabada’ narra una experiencia casi en primera persona de cómo tanto el propio director como gran parte del su equipo queda encerrado en un hotel cuando el virus el COVID-19 golpeó por primera vez en Wuhan.

‘Una película inacabada’ recuerda; es una película puramente entregada a la memoria. En un primer lugar, a la fílmica, a la recuperación de ese patrimonio incompleto que parecía desaparecido y que, gracias a la naturaleza humana, necesita ser terminado, como si se tratara de un trabajo inacabado que pareciera predestinado por una fuerza superior a permanecer en el olvido. Y es que no solo hablamos de memoria artística, sino de memoria social pues, el arte también configura qué personas somos. Las canciones que escuchamos, los cuadros que vemos o, por supuesto, las películas que disfrutamos, nos marcan para siempre, y acordarnos de ellas es, de alguna forma, acordarnos de nosotros mismos.

Sin embargo, tras todo un arranque en el que observamos la importancia de la obra fílmica, la enfermedad ataca; y todo pasa a un segundo plano.

Y es que lo realmente importante de ‘Una película inacabada’ no es tanto la propia película perdida o la recuperación del material extraviado, sino la preservación de la memoria misma, la humana, la sintiente. De nada sirve acabar un trabajo pendiente si nosotros mismos no estamos ahí para disfrutarlo.

Y aún así, dentro de todo el desorden, todo el horror y toda la desesperanza, es la memoria la que ayuda a Lou Ye a continuar. Son los vídeos grabados por personas de a pie los que finalizan la tarea. Aquellos en los que se enseñan esas situaciones casi mágicas en las que las personas disfrutan pese al terror, en las que los vivos conmemoran y honran a sus muertos y en los que se aporta una humanidad que solo una cámara manejada por un ser humano puede reflejar.

‘Una película inacabada’ es un canto a la vida, a no olvidar aquellos que nos hace ser como somos y a todo lo que nos rodea y que, gracias a estar vivos, podremos seguir disfrutando durante, al menos, unas horas más.