Tras ver a Cate Blanchett en carne y hueso recibir el premio Donostia en esta 72.ª edición del Festival de San Sebastián, se vuelve a abrir el telón y la actriz reaparece, esta vez en dos dimensiones, en la pantalla frente a nosotros. ‘Rumours’, de Maddin, comienza, y se rumorea que será surrealista.
Efectivamente, la película se presenta como una comedia negra medio apocalíptica en la que los líderes de siete de las naciones más influyentes del planeta se reúnen para redactar una declaración sobre una crisis mundial. Hasta aquí, nada fuera de lo común, salvo quizás los propios personajes, que desde el principio se muestran muy teatrales, lo que marca el tono que seguirá el filme. Poco después de empezar a idear la declaración, el líder francés (Denis Ménochet) vuelve con una historia increíble: asegura haber sido atacado por un cadáver de varios miles de años. Los miembros del G7 se encuentran completamente solos y deben reencontrar su camino al castillo.



En su travesía se toparán con un cerebro gigante, más zombis, una compañera de trabajo que ahora solo puede hablar sueco, y una carretilla que les permite transportar al personaje de Ménochet, quien ha perdido el uso de las piernas. Absurda, cuanto menos, pero adecuadamente entretenida. El director se permite unas burlas evidentes hacia las diferentes naciones sin caer en estereotipos pesados, un equilibrio que le permite a esta comedia negra mantener su identidad.
Es un tanto decepcionante interpretar el mensaje de la película como una enésima crítica hacia la IA y sus posibles peligros. Siendo un tema de moda, se lo perdonamos al director porque, aunque no es sutil (ni pretende serlo), tampoco parece ser el verdadero propósito de la película. Maddin aprovecha para presentarnos a una Cate Blanchett con un perfecto acento alemán, un fuerte vínculo de amistad entre EE. UU. e Italia, y a un canadiense casanova. ¿Con qué propósito? Simplemente porque le apetecía. Su comedia es absurda, y es aceptando eso como se disfruta. Una sátira política que recuerda a Don’t Look Up (en la que también aparece Blanchett), pero quizás más grotesca. A pesar de tocar temas políticos, ‘Rumours’ no se toma demasiado en serio a sí misma y cumple su función como comedia, aunque sin revolucionar la industria.


