‘Rosalie’, la nueva película de la directora francesa Stéphanie di Gusto (‘The dancer’), supone un soplo de aire fresco en el panorama cinematográfico actual. Alejándose de las narrativas convencionales y los personajes estereotipados, ‘Rosalie’ nos sumerge en una historia profunda, conmovedora y visualmente arrebatadora que explora temas como la identidad, la aceptación, la belleza interior y el empoderamiento femenino.
Nadia Tereszkiewicz, en una interpretación magnífica, encarna a Rosalie, una mujer que desde su nacimiento ha debido lidiar con una condición médica que le hace crecer barba. En un mundo que la juzga y la margina por su apariencia diferente, Rosalie se embarca en un viaje de autodescubrimiento y lucha por encontrar su lugar en la sociedad.



A través de sus ojos, la película nos invita a repensar en los cánones de belleza tradicionales y a valorar la diversidad. Ella no es una mujer bella según los estándares convencionales, pero posee una belleza interior radiante que la hace única y especial.
La película no se limita a mostrar el sufrimiento de la protagonista, sino que también celebra su fortaleza y resiliencia. A pesar de las dificultades que enfrenta, nunca pierde la esperanza y lucha por construir una vida significativa.
En este sentido, la película se convierte en un empoderante himno al feminismo, reivindicando el derecho de las mujeres a ser libres, independientes y a ser aceptadas tal y como son.



La fotografía de la película, a cargo de Christos Voudouris, juega un papel fundamental en la creación de una atmósfera poética y onírica. Cada encuadre parece un cuadro, y la paleta de colores, con esos tonos tristes pero puros, te atrapa y te lleva de lleno a la historia.
Las localizaciones, cuidadosamente seleccionadas, me transportaron a un universo íntimo y acogedor. A pesar de ser pocos espacios, cada uno estaba lleno de vida gracias a una excelente dirección de arte. La atención al detalle era tal que, incluso sin ser experto en historia, sentí una profunda conexión con la época y el entorno de los personajes.
No quiero terminar sin dar un aplauso para el equipo de vestuario, maquillaje y peluquería, son unos artistas. Han conseguido que los personajes parezcan tan reales que te olvidas de que estás viendo una película. Cada detalle está cuidado al milímetro, y eso hace que te metas aún más en la historia.
En definitiva, ‘Rosalie’ me ha dejado fascinado, y no solo por su historia, que también, sino por la belleza visual que desprende cada plano.
Una historia sobre la búsqueda de la identidad, la aceptación personal y el amor, contada de una manera preciosa. Un mensaje actual y lleno de sensibilidad que te hará reflexionar.


