‘Le dernier souffle’: ¿cuál es una buena muerte para vosotros?

Un cuento filosófico sobre la muerte es lo que mejor podría definir esta nueva película del director nonagenario Costa-Gavras. El último suspiro no trata ni de esperanza ni de desesperanza ante la inminencia de la muerte. Trata de entender cómo cada individuo se posiciona ante ella: desearla cuando sabe que llega a su fin, aunque la tema, y enfrentarse a lo desconocido con preguntas cuyas respuestas nunca podrán coexistir con nosotros.

El filósofo y escritor Fabrice Toussaint (Denis Podalydès) dialoga con el doctor Augustin Masset (Kad Merad) sobre la vida y la muerte en la unidad de cuidados paliativos dirigida por Masset. Toussaint lo acompaña a visitar a los pacientes, atender sus necesidades y acompañar a las familias en su proceso de aceptación. Masset también le cuenta historias sobre antiguos pacientes, relatando las diferentes maneras en que cada uno enfrentó su inevitable destino. Cada paciente desencadena una reflexión sobre la muerte, y los diálogos parecen pertenecer más a un ensayo filosófico que a una película convencional.

Muchas frases impactantes resuenan para quienes se atreven a escucharlas con atención. Para comprenderlas, uno tiene el deber de absorber las palabras de los actores y responder a las inquietudes planteadas como si le hablasen a uno mismo. La compasión solo puede llegar si pasamos primero por la empatía. La muerte nunca la entenderemos del todo y, como bien resalta Toussaint, es la inquietud de moda del siglo XXI (en el siglo XX lo era la sexualidad), y quizás pronto pasaremos a otra preocupación. Por ahora, lo único cierto es la convicción que podemos tener, y que los pacientes de la unidad del Dr. Masset tienen aún más clara: moriremos.

Más que una cuestión de cuándo, para Masset es una cuestión de cómo. El “cómo” en el sentido de: ¿cuál es una buena muerte para vosotros? Y así, acompañados, cada uno elige. “El final de la vida, todavía es la vida”, resalta Toussaint, y lo que nos espera puede seguir esperando mientras lo que nos queda lo vivamos con decencia. Exhalar el último suspiro (rendre l’âme en francés) se traduce como “devolver el alma”, y Toussaint exclama: “¿Por qué queréis devolver algo que os pertenece?”, charlando con una paciente. Los diálogos son extremadamente inteligentes y cuidados, con una pertinencia inigualable.

La medicina paliativa es tan importante como la preventiva y la curativa, un aprendizaje que nos ofrece esta película de Costa-Gavras. Las respuestas a las preguntas existenciales que nos atormentan no están en su guion, pero, al igual que Masset hace con sus pacientes, el visionado del filme nos acompaña hacia una reflexión personal.