Han pasado quince años justos desde la última entrega de esta saga de acción que conlleva una disciplina muy puntual y estricta. Una disciplina que entró de una manera impactante en los corazones de todos los niños (y padres) de la década de los ochenta. Concretamente, hace ya más de cuarenta años que el Sr. Miyagi quiso enseñar e instruir a nuestro gran amigo Daniel Larusso para convertirle en una auténtica leyenda de la historia del karate y, cómo no, para que formase una parte fundamental en ese camino tan complicado instaurado por las artes marciales.
La nostalgia se convierte en el sentimiento que más florece en el transcurso de esta trama, que no es para nada compleja, pero que consigue entretener al espectador y recuperar esa esencia pasada de lo que eran los combates y la fortaleza que representaban cada uno de los personajes que han salido en las distintas cintas de esta fábula tan icónica. En este caso, igual que en 2010, no se puede contar con el maestro Miyagi ya que el actor que daba vida a este personaje estelar falleció en 2005 y se acaban de cumplir veinte años de su despedida.
El encargado de llevar la voz cantante en esta película es el joven Li Fong, interpretado por Beng Wang. Es un muchacho que vive en China y que es un amante del Kung-fu, método que absorbe del maestro Han, un sabio que se encarga de mostrar a sus alumnos una variedad de dicha técnica desarrollada por el Sr. Miyagi y al que interpreta de una manera magistral el ya veterano Jackie Chan. Bajo la atenta y constante vigilancia de su madre, Li Fong tiene que ocultar en su casa que practica este deporte y su deseo es competir en esta disciplina, pero la Sra. Fong quiere que empiece una nueva vida en Estados Unidos para que se centre en sus estudios y tenga un futuro próspero siendo un hombre de éxito.
Li Fong se ve obligado a mudarse a Nueva York, una ciudad complicada para un chico que acaba de llegar de Pekín debido a un acontecimiento familiar desagradable e inesperado. Allí se encuentra con Mia, una chica que trabaja en la pizzería de su padre, un hombre endeudado y sin mucha suerte para los negocios que debe mucho dinero a un entrenador americano muy laureado en la gran ciudad.
‘Karate Kid Legends’ se convierte en una película que recicla muchas cosas de las anteriores entregas; resucita personajes clásicos muy importantes, en este conjunto, para dar una mayor fuerza a la estructura narrativa y potenciar una historia que, de vez en cuando, tiende a volverse repetitiva.
¿Será el Kung-fu o el propio karate del Sr. Miyagi el que devuelva la seguridad y la confianza a la familia?