En las últimas décadas hemos disfrutado de grandes películas sobre periodismo. Los reporteros corriendo, los presentadores exhaustos, las cámaras encendiéndose y las humaredas que emanan de las bocas de los regidores fumadores se pueden oler y escuchar. Así es como se debe sentir uno en una sala mientras disfruta de una película de esta índole y, sin duda, ‘Septiembre 5′ lo consigue.
El director suizo Tim Fehlbaum, gran desconocido hasta este momento, se hace con el espacio al completo. Y no hablo solo del cinematográfico, sino del propio espacio televisivo que representa en ‘Septiembre 5’. La película narra la historia de un grupo de periodistas deportivos norteamericanos que, destinados en Múnich para cubrir las Olimpiadas de 1972, acaban convirtiéndose (casi de rebote) en la primera televisión en emitir un atentado terrorista en televisión.


Con un pulso narrativo soberbio, Fehlbaum es capaz de retratar la tensión que viven los platós de televisión cada vez que conectan con la señal en directo. Más aún si se trata de un evento histórico como fue el ataque del grupo terrorista palestino Septiembre Negro al equipo olímpico israelí en un escenario como Alemania, señalado tan solo un par de décadas antes por, precisamente, lo mismo de lo que acusan los terroristas.
La dualidad con la que se mueven los personajes entre lo moralmente correcto y lo televisivamente histórico consigue llegar a un espectador que, atento a cada movimiento, es capaz de disfrutar de las discusiones, las carreras y las conversaciones por walkie. Sin embargo, cuando uno termina la película, no es capaz de discernir entre la propia obra y la opinión de su director. Si bien es cierto que los directores autores deben dejar un sello en su obra, bien sea artístico o ideológico, la ambigüedad con la que Fehlbaum escribe su guion no termina de jugarle a su favor (menos aún con el panorama internacional con el que vivimos ahora mismo). Si la película se posiciona, tal vez no lo hace de forma rotunda y eso da lugar a interpretaciones que, seguramente, sus productores no estaban buscando de forma activa. Con todo ello, ‘Septiembre 5’ queda como una buena película, extremadamente disfrutable y que descubre a un director que es capaz de escenificar con imágenes lo que solo puede sentirse desde dentro.