‘Parthenope’: el uso de la belleza para generar una nueva tendencia audiovisual

‘Parthenope’, la juventud y la gran belleza encarnados en un personaje divinizado, tan perfecto que, esta vez, además es inteligente.

Las preocupaciones de Sorrentino no se renuevan en esta película. Una vez más, la belleza femenina y Nápoles dominan la pantalla durante más de dos horas. El director tiene un talento tan notable para capturar lo bello, que la película se convierte en un cuadro audiovisual cautivador.

Con un gran couturier responsable del vestuario (Yves Saint Laurent), la preocupación previa al visionado era que la película terminara siendo un anuncio de perfume, filmando a su hermosa actriz en paisajes grandiosos. Y, de hecho, eso es lo que sucede en la primera mitad del filme. Sin embargo, el trasfondo psicológico que lleva consigo ‘Parthenope’ se refleja en la pantalla y evita que la película caiga en la superficialidad. Además, el hecho de que Parthenope estudie antropología e interactúe con un profesor que aporta dinamismo al guion, asegura que la película no se vuelva aburrida, gracias también al humor que introduce.

Cuando hablamos de belleza, muchos consideran que, aunque una película sea estéticamente hermosa, si no cuenta nada, no es buena. Yo difiero de esa opinión y quisiera defender ‘Parthenope’ desde nuevos criterios. En la filosofía del arte, se reivindica que la obra artística debe provocar un sentimiento estético. Esta idea se diferencia de la simple «belleza», que estudia el carácter puramente estético de un sujeto y el placer que produce al contemplarlo, según su forma, actitud o utilidad.

El cine, por lo tanto, podría no solo cumplir sus funciones tradicionales, sino también asumir un nuevo carácter puramente estético y artístico. Creo que ‘Parthenope’ trasciende al estatus de película artística, utilizando la belleza para generar una nueva tendencia audiovisual que explora fórmulas expresivas a través del carácter plástico de las artes visuales. Podría tener esos fines puramente estéticos o bien definirse como un nuevo medio experimental dentro de la narrativa cinematográfica.

En ningún momento es adecuado decir que ‘Parthenope’ cambiará la historia del cine, porque no es trascendental ni difiere mucho de la filmografía existente de Sorrentino. Pero sí es importante señalarla como lo que realmente es: la obra de un artista. Se nota que Sorrentino «no tiene nada más que contar», pero quizás no quiere contar algo nuevo. En ‘Parthenope’ mezcla amor, deseo prohibido, religión, antropología y Nápoles para construir un personaje que trasciende al estatus de diosa. En lugar de pintarla o esculpirla, la ha creado con esta película.