‘Hamnet’: el arte y su poder catártico

Las emociones humanas son tremendamente complicadas. Sentir es un proceso no lineal que viene sin libro de instrucciones. Por mucho que lo podamos intuir, no sabemos cuándo nos llegará la pena o la alegría. Nosotros, humanos, que presumimos de ser los más inteligentes de la Tierra, muchas veces no tenemos la capacidad de poner en palabras aquello que padecemos. La única solución posible ante este “problema” del individuo es rendirse ante el sentir y, con suerte y algo de tiempo, sacar las emociones que llevamos dentro por medio de aquella experiencia que nos lleve a la catarsis. De este tema tan complejo se atreve a hablar Chloé Zhao en su última obra maestra: ‘Hamnet’.

La nueva película de la oscarizada directora cuenta la historia de Agnes, la mujer de William Shakespeare, en tres etapas de su vida: el enamoramiento, la pérdida de su único hijo y la convivencia con el duelo. Se trata de una historia humana y desgarradora que, además, muestra el proceso de creación de ‘Hamlet’, una de las obras teatrales más famosas de Shakespeare.

Maggie O’Farrell, autora del libro en que se basa la película, colabora con Zhao en la escritura de un guion excepcional, en el que cada pequeña escena tiene su motivo dramático. Por medio de silencios, miradas y pequeños gestos, las autoras narran el dolor que las palabras no son capaces de expresar. La directora combina primeros planos, necesarios para entender la psicología de los personajes, con planos generales, pero bucólicos, que generan una atmósfera húmeda y fría, aunque igualmente acogedora.

Zhao despliega el talento al que ya nos tiene acostumbrados, pero quien realmente nos deja sin palabras es Jessie Buckley. En la que posiblemente sea la mejor interpretación de su carrera, la actriz transita el duelo con una elegancia sublime. Hace de Agnes un personaje hipnótico, lleno de matices, que da la mano al espectador y no le suelta hasta el final. Paul Mescal demuestra, una vez más, ser un maravilloso compañero de escena. Su William Shakespeare es contenido cuando tiene que serlo y explosivo cuando el guion lo requiere. El actor realiza un trabajo brillante y refinado. Y, ¿qué decir del joven intérprete Jacobi Jupe? Con tan solo ocho años domina la cámara con una maestría innata.

‘Hamnet’ trata tantos temas distintos, que tardarás un tiempo en digerirlos todos. Su acercamiento a la maternidad y lo que implica la pérdida de un hijo es excepcional. Pero no pretende quedarse únicamente en eso, sino que anima a expresar la pena por otros medios: a convertir el dolor en arte. Siempre quedará una obra de teatro, un cuadro o una canción que, con su poder catártico, nos ayude a gritar aquello que guardamos dentro.

Escribía Phoebe Waller-Bridge para el guion de ‘Fleabag’ la siguiente reflexión: «Quiero que alguien me diga en qué creer. Por quién votar, a quién amar y cómo decírselo. Quiero que alguien me diga cómo vivir mi vida, Padre, porque, hasta ahora, creo que lo entendí mal”. Y yo pienso que Chloé Zhao, con ‘Hamnet’ , reinterpreta, de forma muy personal, todo esto sobre lo que Waller-Bridge hablaba en su momento: a veces sentimos que somos simplemente dolor, pero la realidad es que éste es solo una pequeña parte de nosotros.

‘Hamnet’ es el largometraje más valiente que he visto este año y no me sorprendería que arrasara en la temporada de premios. Es visualmente magnética, sentimentalmente empática y actoralmente brillante. Tiene todos los elementos necesarios para perdurar en la memoria colectiva y convertirse, de este modo, en una película de la que se seguirá hablando dentro de mucho tiempo. Define el poder curativo del arte y alienta al ser humano a seguir viviendo a pesar de las adversidades.