Pedro Martín-Calero debuta en San Sebastián con su ópera prima: ‘El llanto’, una de las pocas películas de género de la competición oficial de esta edición, escrita por Isabel Peña y protagonizada por Ester Expósito, Matilde Ollivier y Malena Villa. Estas tres interpretan a unas jóvenes de diferentes nacionalidades (España, Argentina y Francia, aportando un carácter de coproducción a la obra) comienzan a sufrir una serie de hechos paranormales originados por un vínculo que aún desconocen y que acaba atormentándolas de forma aterradora.
Pudiera parecer que el guion de Peña no resulte complejo en lo que a trasfondo se refiere pues, al fin y al cabo, las malas lenguas afirman que una película de terror no necesita ceñirse a los estándares de cine de autor. De hecho, en una primera instancia a mí mismo me había dado la impresión de que esa simpleza llegaba por una torpeza extraña en el trabajo de su guionista pero, cuanto uno más piensa en la película, esa idea se acaba desvaneciendo por completo.
El ente sobrenatural que persigue a las tres protagonistas se muestra como un hombre de avanzada edad que en ocasiones las acosa de forma casi sexual y que, en otras, se torna en un personaje sobreprotector y tóxico con las mismas. La alegoría sobre la masculinidad y el machismo es clara (aunque ni yo mismo la había percibido en una primera instancia). En definitiva, lo maligno es aquello oculto de lo que las jóvenes deben estar pendientes, siempre alerta por algo que las ataca sin tener la capacidad de reconocerlo como algo corpóreo y sin reconocer una causa para tanta violencia.



Ahora bien, si creo que su escritura gana enteros cuanto más piensa uno en la obra, lo contrario me sucede con la dirección. Lo que me pareció una solvente actuación por parte de Martín-Calero, poco a poco se ha ido convirtiendo en una visión que, aunque con talento aún para demostrar, se me acaba quedando un poco corta. La puesta en escena no está mal pero siento que algunos cortes de montaje, aspectos de la dirección de actores o incluso de la propia fotografía (esos momentos de falso documental con cámara en mano) acaban depreciando el producto final.
‘El llanto’ es una buena película en líneas generales, parte de una idea con brillantez y, aunque muestra signos de que la filmografía de su director es tremendamente prometedora, no creo que tenga una dirección a la altura de la misma. Aún así, hay que aplaudir la valentía del Festival por incluir una película de género española en competición oficial y, más aún, teniendo en cuenta que es una ópera prima.


