Voy a ser totalmente sincero, la nueva película del Capitán América no era mi estreno más esperado del año. Y no porque me cueste creer que alguien que no sea Steve Rogers porte el mítico escudo, sino porque es difícil hacerse a la idea de que alguien a quien tienes tanto cariño debe ceder el testigo a un personaje que prácticamente había pasado desapercibido en el UCM. ‘Falcon y el Soldado de Invierno’ ya comenzó a prepararnos para todo esto y ayudó a familiarizarnos con su nuevo portador, pero la serie fue tan falta de emoción que consiguió el efecto contrario.
Aún así, algo dentro de mí tenía ganas, hasta nervios, de que ‘Capitán América New Brave World’ viera la luz. Quizá porque todo fan de Marvel desea ver cómo continúa la historia de un universo tan completo. O quizá porque Red Hulk pueda ser lo mejor que le haya pasado a la franquicia desde ‘Endgame’. O, simplemente, porque uno tiene la esperanza de que habrá una película capaz de estar a la altura tras el chasquido que acabó con Thanos -porque de todo lo que se ha hecho después, no todo se salva-.
En ‘Capitán América Brave New World’, Sam Wilson ya es reconocido por la sociedad como el nuevo Capitán América y posee una gran presión para tratar de no fallar y estar a la altura de las expectativas. Recordemos que es un vengador sin poderes y que había rechazado inyectarse el Suero de Súper Soldado y por eso, además de portar el escudo hecho de Vibranium, le acompaña un traje con alas y propulsores mejorado con la tecnología wakandiana. Porque lo único que acompaña a un superhéroe sin poderes es su armadura. Sin embargo, le vemos ganarse a pulso la calificación de superhéroe gracias a los combates cuerpo a cuerpo -y a su don para la palabra- con enemigos que parecen más fuertes que él y con unas coreografías que llevan el sello Steve Rogers.



Tiene una trama bastante sólida y nos muestra nuevos personajes cuyo origen está tan bien explicado que sus historias no quedan vacías. El punto fuerte es, sin duda, Harrison Ford, cuyo desarrollo se cuece a fuego lento y nos permite disfrutar de su origen de villano hasta el punto de generar inquietud por lo que pueda pasar. Conocemos su naturaleza, sus dobles caras y sus intenciones gracias también a la relación por guion con el resto de personajes. Sin embargo, justo cuando llega el momento más esperado de la película en el que la ira se apodera de su control, se libra una batalla que requiere pocos minutos de la cinta y que deja con ganas de más, poniendo en duda cómo puede estar tan empatada una guerra entre un gigante de fuerza descomunal y un tipo con tecnología vulnerable.



Y quizá sea ese el momento en el que ‘Capitán América Brave New World’ eche por tierra lo bien que iba la película hasta entonces. Porque de librar una batalla en pleno océano con unas imágenes espectacularmente diseñadas, pasa a mostrar un Red Hulk con CGI mejorable en los planos más generales y escenas donde el croma se nota y molesta. Como si en el último acto de la película se tuviera prisa por acabar.
Aunque en ocasiones se siente como un spin-off de ‘El Increíble Hulk’ (2008) y es una película que necesitaba más el propio Hulk, ‘Capitán América Brave New World’ convence como una digna sucesora.


