Yorgos Lanthimos es conocido por sus grandilocuentes decorados y sus planos con ojo de pez. También por tener como fieles escuderos a los oscarizados Emma Stone y Jesse Plemons. Pero es igualmente sabido su ferviente odio por la naturaleza humana y su sentimiento profundamente sincero sobre la imposibilidad de que seamos mejores personas. La raza humana está condenada a la destrucción porque la maldad, inexistente en el mundo animal, nació con nuestra propia consciencia y, por ello mismo, siempre seremos inseparables. Y si, por algún casual, algún humano no naciese con ella en su ser, ya se encargará el resto de, o bien contagiársela, o bien castigarle por ello.
Ahora, ya consagrado como uno de los más mediáticos cineastas de Hollywood y tras estrenar en dos años consecutivos ‘Pobres criaturas’ y ‘Kinds of kindness’, regresa a San Sebastián para presentar ‘Bugonia’, su nuevo trabajo, una vez más con Emma Stone y Jesse Plemons como protagonistas.
En ‘Save the green planet!’ del director coreano Jang Joon-hwan, su autor utiliza la comedia como un recurso recurrente para aliviar la tensión de una situación que ya es de por sí desesperante. En ella, una pareja perteneciente a la, cada vez más frecuente, corriente de paranoides conspiranoicos (esta vez sobre la tierra plana, el lobby farmacéutico y, sobre todo, la existencia de alienígenas humanoides viviendo escondidos en nuestro mundo) secuestra al CEO de una de estas empresas para obligarle a confesar que, en efecto, es el Emperador de la sociedad de Andrómeda y que, al llegar el próximo eclipse lunar, dará la orden de destruir la Tierra.



‘Bugonia’, remake de la coreana, no recurre prácticamente en ningún momento a la comedia. Tomándose muy en serio a sí misma, Lanthimos elimina cualquier atisbo de esperanza y agrava las situaciones personales de cada personaje para representar a lo peor de cada casa. Emma Stone es una CEO explotadora, Jesse Plemons un conspiranoico que manipula y se aprovecha de su primo y el sheriff del pueblo un agresor sexual. No contento con ello, utiliza a sus protagonistas para ejemplificar cómo dos almas bondadosas son corrompidas mediante una serie de desgracias y desavenencias que llevan a los mismos a cometer actos que ni ellos mismos podrían haber concebido.
Y es que, en realidad, es complicado no estar a favor del discurso de un Lanthimos que nos odia a todos. El cineasta griego representa cómo el mundo de los humanos funciona mediante unas escalas de poder donde el más poderoso y malvado siempre saldrá victorioso; pues no encarnar estas cualidades solo permite dos salidas a la pobre alma: unirse a los malvados o abandonar este mundo. Nadie puede salir bien parado en una sociedad en el que la villanía se lleva por bandera.
Y en ese sentido ‘Bugonia’ es demoledora. Graciosa (que no cómica) por momentos, pero devastadora en la gran mayoría de su metraje. ‘Bugonia’ pareciera una confirmación de un pensamiento misántropo que ya nos regalaba en 2005 con ‘Kinetta’, su ópera prima. Pero, en realidad, con las formas cinematográficas empleadas y con la complejidad y dimensión del proceso reflexivo que lleva a la misma conclusión, no estar de acuerdo con ella parece una tarea, como mínimo, complicada. Uno sale del cine maravillado por lo que ha visto pero con una profunda tristeza por el mundo que nos rodea. Lanthimos te coloca donde quiere y te absorbe en su mente. Y al fin y al cabo, eso mismo es el cine.


