‘Breve Historia de Una Familia’: los secretos ocultos tras las apariencias

El hogar es nuestro lugar sagrado, aquel espacio en el que podemos ser nosotros mismos y sentirnos a salvo. Por ello, debemos tener cuidado a la hora de dejar a alguien nuevo entrar en él. Han sido varias las ocasiones en las que el cine ha mostrado los peligros de permitir que desconocidos accedan a nuestras casas. Películas como ‘Parásitos’, de Bong Joon-ho, o ‘Saltburn’, de Emerald Fennell, son solo algunos ejemplos recientes de ello. En esta misma línea narrativa se basa el guion rico, intenso y refinado de ‘Breve Historia de Una Familia’.

La nueva película del cineasta chino Lin Jianjie narra la historia Shuo, un adolescente callado y enigmático que, tras un incidente ocurrido en el patio de la escuela, comienza una relación de amistad con su compañero de clase Wei. Los padres de Wei, al descubrir que Shuo proviene de un entorno problemático, deciden ayudarle y le integran poco a poco en la familia. Este hecho da un vuelco a la dinámica hogareña de Wei, revelando secretos y emociones que nunca antes habían salido a la luz.

El mayor acierto de esta película, y lo que la diferencia de otras más mainstream como la ya nombrada ‘Saltburn’, es la sutileza con la que el director cuenta la historia. Aunque desde el comienzo el espectador pueda hacerse una idea de cómo el relato pudiera llegar a desarrollarse, el filme logra sorprender gracias a su calidad técnica y su cuidada composición.

El diálogo, aunque escaso, es exquisito. Las pocas conversaciones que mantiene Shuo con los padres de Wei logran mostrar tanto la turbia relación que existe entre los personajes como la realidad que esconden tras la apariencia de familia perfecta. La banda sonora y el ritmo pausado con el que transcurren los acontecimientos generan una tensión dramática elegante que mantiene al público pegado a la pantalla. A todo ello se le suma una dirección de fotografía sublime, con planos cuidados al detalle que generan imágenes capaces de hablar por sí solas.

Las interpretaciones son delicadas y están bien construidas. Destaca especialmente el trabajo de Zu Feng y Guo Keyu, quienes interpretan a los padres de Wei. Ambos realizan una labor excepcional a la hora de transmitir sus emociones por medio de las miradas y los silencios.

Todos los elementos se van engranando como piezas de una maquinaria con la esperanza de un final apoteósico que, lamentablemente, nunca llega. La trama se desinfla justo en sus últimos minutos, generando un desconcierto en el espectador, quien no puede evitar preguntarse cuál es la finalidad real del filme. Inevitablemente, abandonas la sala con el dilema de si quedarte con la belleza narrativa de los primeros noventa minutos o la incoherencia de los últimos cinco. Yo, personalmente, opté por la primera opción.

En conclusión, ‘Breve Historia de Una Familia’ sí merece la pena. Probablemente el relato te resulte algo familiar y tendrás que buscar un significado propio al desenlace para no caer en la frustración, pero al mismo tiempo disfrutarás de interpretaciones cuidadas al detalle y una calidad técnica que te hará recordar el poder que tienen las imágenes a la hora de contar historias.