‘Babygirl’: Sadomasoquismo en un cine

Stanislaw Lem describía en ‘El congreso de la futurología’ una sociedad futura en la que las relaciones amorosas se construyen en base a si uno se considera sadista o masoquista, pues una relación entre ambos tipos de personas es infalible al recibir cada uno lo que necesita por su forma de ser. Sin embargo, ‘El congreso de la futurología’ también habla de pastillas para amar o para odiar y de literatos que acuden a convenciones completamente desnudos. Lemtrataba, simplemente, de imaginar un futuro utópico en el que las locuras, a cada cual más gigante, se hacen realidad con una facilidad pasmosa.

Explorar esta hipótesis, relacionada con las perversiones y las fantasías de cada cual puede ser interesante, sobre todo si se aborda desde un punto de vista sociológico en el que estas imaginaciones se convierten en necesidades. Sin embargo, ‘Babygirl’ ni siquiera trata de hacer esto mismo, pues que luce más como una especie de experimento posfeminista en el que su directora lo único que quiere contarnos es que las necesidades del individuo deberían estar por encima de cualquier cosa y que, aunque pudiera parecer lo contrario, esto no debería hacer daño a nadie (incluso cuando estas suponen el adulterio o la ruptura de la familia).

Así nos lo confirma Halina Reijn en el final de la película, en el que el mensaje es precisamente ese, que no pasa nada. Algunos podrían tener la lectura de que ‘Babygirl’ es una película atrevida, y eso es válido, pero a mí me parece un producto más bien sensacionalista. ‘Babygirl’ no busca poner al espectador en la tesitura de tener que plantearse un dilema, de explorar y pensar acerca de algo sobre lo que, tal vez, jamás había dado vueltas. Reijn coloca su mensaje de tal forma que no puedes escapar a él, sin grises ni matices y, por tanto, si estás de acuerdo con él, genial, y si no, chocas frontalmente.

Podríamos centrarnos en los apartados técnicos o en la interpretación de una Nicole Kidman que se entrega por completo a la causa, pero es que el trasfondo, temática y las acciones y diálogos de los personajes hacen que uno no sea capaz de concentrarse en las formas fílmicas de la película. Si no entras en su juego, deseas que acabe pronto.