Una guitarra eléctrica fue lo único que necesitó Bob Dylan para cambiar por completo el transcurso de la música allá por los años 60 e imponerse como uno de los mejores artistas de la historia, y un actor de 29 años es lo único que James Mangold ha necesitado para renovar la fórmula del biopic y ofrecer algo que va más allá. ‘A complete unknown’ es una experiencia distinta que se acerca más a la idea de transmitir en realidad la realidad del cantante que un reflejo del mismo. Y, aunque eso sea imposible porque Bob Dylan o cualquier otro artista al que alguien se atreva a ficcionar son irremplazables, lo de Timothée Chalamet roza la perfección.
¿Es demasiado pronto para decir que ‘A complete unknown’ es una de las mejores interpretaciones de su carrera? ¿Lo era cuando protagonizó ‘Dune Parte 2’? ¿O ‘Call me by your name’? Da gusto ver a Timothée Chalamet en su máximo esplendor. Con solo 29 años es ya uno de los actores favoritos de Hollywood con un futuro muy prometedor que nos tiene acostumbrados a convertir en éxito toda película en la que participe. Posee dos nominaciones a los Premios Oscar a Mejor Actor, la primera fue en 2017 por ‘Call me by your name’, la cinta de Luca Guadagnino que compitió además en la categoría de Mejor Película junto a ‘Lady Bird’ de Greta Gerwig, donde también actuaba; la segunda nominación, a Mejor Actor por ‘A complete unknown’, uno de los estrenos del año con una de las mejores interpretaciones en un biopic. Sus gestos, su manera de andar o de tocar la guitarra. Todo es producto de años de esfuerzo por meterse en un papel que, además, se nota que ha disfrutado.



Pero no es la única interpretación que destaca. ‘A complete unknown’ cuenta con un gran elenco de actores y actrices a la altura de la película. Monica Barbaro como Joan Baez, Elle Fanning como Sylvie Russo, Scoot McNairy como Woody Guthrie y Edward Norton como Pete Seeger tienen su espacio para brillar. Ninguno de ellos pasa desapercibido y su tiempo en pantalla es tan importante como el del propio protagonista, haciendo que el biopic tome consciencia de que todos han interferido en la construcción de la persona y del artista que Bob terminó siendo.



Sin embargo, aunque todo ello esté muy bien construido y llevado a la pantalla, ‘A complete unknown’ no corre ningún riesgo más que afrontar cualquier tipo de comparación. Al final, el alma de la película son unas canciones que ya estaban escritas e interpretadas. Pero no hay ningún sacrificio en llevarlo acabo, de hecho, antes de estrenarse ya olía a éxito.
Es por eso que James Mangold pudo centrarse en esa idea de romper las normas del género y, aunque sigue las pautas que lo estandarizan, utiliza las canciones de Bob Dylan para complementar la propia historia, como si nos la estuviera contando mientras nos ofrece un concierto exclusivo. Y cada unas de las canciones tiene su propio aura, su propia seña de identidad. Y eso es lo que hace brillar a ‘A complete unknown’.


